He tenido un sueño, quizá el más significativo que haya tenido jamás o al menos, para mí, el más sencillo de interpretar. Resulta que me encuentro en una cárcel, paseando por el patio de la prisión, me acompaña una persona que identifico perfectamente porque me ha acompañado durante muchos años en mi vida, catorce, para ser exacta. Durante ese paseo le expreso mi sentimiento de angustia por la situación que estoy viviendo en ese momento, encerrada. Sintiendo, además que yo no había hecho nada por lo que mereciera estar así. Ella, mi acompañante, solo iba a mi lado, ni siquiera contestaba.
Al poco tiempo recibo una visita de una amiga muy sonriente que me dice que ha encontrado a un abogado que se encargará de mi caso y me sacará de allí. Esta persona que acaba de aparecer en mi vida me trae la ilusión, la esperanza de salir de aquel atolladero. Siento que las cosas pueden cambiar.
Finalmente, me veo saliendo de aquella prisión acompañada por la persona que amo.
Al despertar no puedo dejar de pensar en mi sueño, recuerdo la angustia y trato de recordar por qué estaba allí aunque no lo consigo. Lo que sí consigo recordar es la sensación de libertad que he tenido al salir de la prisión acompañada por ti.
Te quiero
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